2Cr 7.14. Cuatro componentes humanos de avivamiento: humillarse, orar, buscar y convertirse. Enfocamos aquí el buscar su rostro.
“Y hablaba el Señor con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo” (Ex 33.11, NVI).
“No podrás ver mi rostro… porque ningún hombre podrá verme y seguir viviendo” (Ex 33.20).
“Me buscaras y me hallarás, porque me buscarás de todo vuestro corazón (Jr 29.13)
BUSCAN MI ROSTRO (2Cr 7.14)!
El Señor habla con Moisés cara a cara, los comentaristas dicen que no fue literalmente cara a cara pero sí hablando el uno con el otro de forma íntima, como amigos (ver Jn 1.18). Un diálogo. No es solamente Dios hablando y Moisés oyendo. En este texto Moisés habla para Dios (Ex 33.12, 15, 18; 34.14) y cada vez Dios responde. Diálogo entre amigos.
Bill Gothard habla de cinco niveles de amistad.
- Conocidos: se conocen por nombre, pero no se conocen mucho.
- Amigos comunes: Conocen algunas cosas generales el uno del otro, pero no están muy involucrados en la vida del otro.
- Colegas: participan en el trabajo, la iglesia u otro contexto que requiere compartir e intercambiar opiniones para realizar el trabajo.
- Amigos cercanos: 1) se quieren el uno del otro; 2) optan por pasar su tiempo libre juntos; 3) abren sus corazones; y 4) sienten un profundo nivel de aceptación.
- Amigos íntimos: 1) son todo lo que son los amigos cercanos; 2) sus vidas están comprometidas con los mismos objetivos; 3) tienen el compromiso de ver el carácter de Cristo desarrollado el uno en el otro; y 4) tienen la sensación de que lo que pertenece a uno también pertenece al otro.
HABLANDO CON DIOS CARA A CARA
Estos niveles también pueden aplicarse a la relación con Dios. Ve el nivel cuatro. Incluye palabras de amor, de afirmación, de celebración – palabras mutuas. Hablándole a Dios y oyendo a Él hablándonos a nosotros, posiblemente en un espejo de nuestras palabras hacía Él. Amigo a amigo.
Ese es normalmente el punto de partida de mi tiempo devocional. Yo comienzo abriendo mi corazón a Dios; le digo: mi Amor, la Luz de mi Vida, y así por delante. Y después Él me abre su corazón. Él toma mis palabras y me las refleja como Su corazón hacia mí. Él me ezer y yo su ezer (ver el blog sobre ezer-10 de abril). Este es el ser que antecede al hacer. Esto es encontrarme con mi Dios cara a cara, como habla un amigo con su amigo.
El nivel cinco incluye todo lo del nivel cuatro y se transforma en ser aliados, profundamente comprometidos juntos en realizar la misión de Dios en la tierra. El Rey y su Novia Guerrera lado a lado. Vidas compartidas con propósito. Dios y yo avanzamos su reino en mis esferas de influencia: mi vida, matrimonio, familia, equipo, grupo pequeño, iglesia, trabajo y más allá.
“Por tanto nosotros, todos que, mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo
la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen,
por la acción del Espíritu del Señor” (2Co 3.18).
¿En qué nivel de amistad con Dios te encuentras? ¿Estás buscando su rostro?
David Kornfield
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