Señor Jesús, ¿Qué necesito hacer para rescatar a mis discípulos, Tus discípulos? ¿Mi equipo, Tu equipo? Los estoy perdiendo, a ellos y a mí mismo, por estar abrumados. Estamos corriendo como Marta y no conseguimos sentarnos a tus pies como María. Estamos perdiéndonos en demasiados frentes, cuando apenas una cosa es necesaria (Lc 10.41-42).