Descontentamiento santo – la base para visión divina!

Hay dos fuentes para una visión divina: el descontentamiento santo y la revelación del corazón y mente de Dios. Las dos desembocan en un profundo sentido de llamado. Un visionario sin descontentamiento santo crea castillos en el aire, desconectado de la realidad. Un visionario sin revelación divina está limitado a esfuerzos y perspectivas humanas.

Beneficios del descontentamiento santo:

1. Trata las raíces, no apenas los síntomas.

 Descontentamiento santo antecede a una visión. Crea el contexto para el nacimiento de una visión divina. Todo visionario procura resolver problemas. El visionario que experimenta descontentamiento santo ve más allá. Ve el dolor detrás del problema. No está apenas procurando resolver un problema; está procurando resolver la raíz del problema: el dolor que las personas experimentan. No trata apenas los síntomas. Trata las causas.

2. Ministra de su corazón.

Necesitamos de corazones quebrantados. Corazones que sienten lo que Jesús siente. Él lloró sobre Jerusalén. ¿Quieres ser como Jesús? Pide la gracia de llorar sobre tu ciudad, tu pueblo, tu gente. Cuando predicamos y enseñamos debe haber lágrimas en nuestra voz. Nuestro corazón debe ser una fuente de profunda convicción. Una fuente de palabras proféticas que viene de oír a Dios.

3. Moviliza a otros a nivel de sus corazones.

Necesitamos conectar tres corazones: el de Dios, el nuestro y el de otras personas. Apenas buena información no es suficiente. Tenemos que ayudar a otros a oír de Dios.

4. Se alinea con el Dios santo.

Habacuc expresa sus quejas (cap. 1). Después de la primera queja, no le gusta la respuesta de Dios. Lanza una segunda queja. Tenemos que saber cómo articular nuestras quejas, nuestro descontentamiento santo ante Dios. De forma parecida a su segunda respuesta a Habacuc, Dios está listo para compartir su visión y corazón si nos colocamos como centinelas en el muro, aguardando lo que Él dice. Tenemos que escribir lo que Él nos revela para que todos podamos correr atrás de esa visión (Hab 2.1-3).

5. Es una de las claves para el avivamiento.

¡Esta es la más importante de todas las razones! Hoy enfrentamos desafíos y tsunamis que son mucho mayores que nosotros. Necesitamos desesperadamente de un avivamiento, una nueva unción. Vive en la plenitud de tu unción actual en cuanto que aguardas de forma activa un nuevo derramar del Espíritu de Dios (Hch 2.17-18).

David Kornfield

 

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