¡Los odres necesitan vino! Los odres (estructura, organización, entrenamiento diseñado) son inútiles sin vino, especialmente vino nuevo. El vino nuevo requiere odres nuevos. Estamos siendo llamados constantemente a lo nuevo que Dios está haciendo (Is 43.18-19; Mc 2.21-22; 1Co 2.9-10a; Ap 21.5). Odres divinos facilitan el vino nuevo. Los odres (estructuras, organizaciones, entrenamientos diseñados) facilitan explícita y deliberadamente el vino nuevo (dones espirituales, mover del Espíritu de Dios, escuchar a Dios aquí y ahora).