¡Después de la Cumbre descubrí que yo estaba desanimado! Preparé tan intensamente por tanto tiempo. La Cumbre fueron los seis días más intensos de mi vida. Percibí tres componentes de mi desanimo: un nivel de agotamiento; un nivel de luto; una confusión cuanto a que hago ahora, viendo un futuro inseguro.
Agotamiento. Descansé por dos días plenos y todavía me sentí cansado. Dios trabajó profundamente conmigo aplicando frase por frase Mt 11.28-30 citada en el blog de la semana pasada vea aquí. Juntando eso con tres días de mini vacaciones viernes a domingo, ¡asunto resuelto!
Luto. Percibí que mi papel de líder de la Cumbre terminó. Sentí triste. Perdí algo precioso. Especialmente cuando percibí que fechas y planes iniciales para Pre-Cumbres en diversos países eran diferente de lo que yo había pensado.
Un futuro inseguro. El versículo lema de la Cumbre por meses fue Is 43.18-19: “Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. 19 ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto y ríos en lugares desolados” (NVI).
Descubrí que yo estaba feliz en cuanto que lideraba “lo nuevo”. Pero entré en choque cuando vi que la Cumbre y mi trabajo paso a ser algo del pasado, ¡algo para ser olvidado!
Dios me habló de forma clara. Mi tiempo de liderar era vital y absolutamente necesario. Ahora Él está abriendo un nuevo tiempo. Un tiempo de yo ser ezer. Si no conoces bien esta palabra, vea aquí. Un tiempo de yo levantar a otros, apoyar a otros, afirmar y celebrar a otros. Entendí el concepto y lo había enseñado por años, si no décadas. ¡Percibí que Dios estaba haciendo algo nuevo en mí! ¡Lo que era claro en mi cabeza ahora tenía que pasar para mi corazón!
¡Ezer! Guau! Sin duda habrá momentos que Dios va a querer que yo lidero. Todo buen líder sabe cuando y como liderar y cuando y como facilitar. Pero mi papel principal de aquí en delante no será de liderar y si de empoderar otros a liderar.Mira algunas facetas de este diamante glorioso.
1.Ser ezer para Dios, elevando a Él y llevando las personas para oír a Él y seguir a Él.
2.Ser ezer para mi esposa Débora, elevando a ella, ¡apoyando y celebrando su llamado!
3.Ser ezer para mis hijos, yernos, futura nuera y nietos. ¡Empoderando a ellos en sus llamados!
4.Ser ezer para mi equipo continental DPP, ayudando cada uno identificar más claramente su sueño, su visión y vivir lo plenamente.
5.Ser ezer para cada líder y equipo Cumbre en los varios países, celebrando la diversidad de ellos hacer cosas diferente de lo que yo hice. Confiando que Dios es soberano y no yo. Que Él va a liderar cada uno de sus hijos e hijas en los avances necesarios para que “¡Iglesia avivada! ¡Iglesia renovada!” crezca en su país 😊.
6.Ser ezer para los que tienen una perspectiva muy diferente de la mía, hasta opuesto o crítico. Afirmar lo que Dios les mostró y celebrar eso al mismo tiempo viendo si hay apertura para ampliar su perspectiva.
7.En fin, ser ezer para cada persona que Dios trae a mi vida, sea líder acima de mí, líder a mi lado o persona que me mira como su líder, mentor o discipulador.
¡Dios está haciendo todo nuevo! ¡Qué glorioso ser parte de eso más una vez! Él habla de eso repetidas veces en el Nuevo Testamento (1Co 2.9-10, 2Co 5.17; Ap 21.5).
¡Guau! ¡Dios continuará haciendo todo nuevo hasta el final del tiempo! ¡Aleluya 😊 😊😊!!!
David Kornfield
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