El valle y la unción. Salmo 23

Salmo 23

Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. (RVR60)

Estos dos versículos se aplican a la iglesia de América Latina hoy.

Como iglesia, estamos andando por el valle de sombra de muerte. ¡Ay de aquel que está en este valle sin ni siquiera percibir! Tiene grandes chances de morir, sino físicamente, espiritual y emocionalmente.

Nuestro Pastor protector se revela a través de su vara y su cayado. La vara: autoridad, poder, disciplina y defensa de las ovejas. El cayado: la compasión, bondad y rescate de la oveja en peligro.

En este valle necesitamos tanto de su vara como de su cayado. Jesús puede aplicar su vara en nosotros como en nuestros enemigos. Su vara nos corrige y, si fuera necesario, nos disciplina.

Su Palabra funciona de esta forma en nuestras vidas, nos confronta, nos corrige y nos capacita (2Tm 3.16-17) en nuestra caminata en el valle, en el desierto. Su Palabra también nos protege (Mt 4.4, 7, 10) y hasta nos permite tomar la ofensiva contra fuerzas espirituales malignas (Ef 6.17; Heb 4.12).

Su cayado nos rescata cuando caemos, cuando nos perdemos, cuando no sabemos más que hacer. Nos levanta, rescatándonos de estar presos o sin opciones. Nos trae de vuelta a nuestro Buen Pastor.

Banquete Espiritual

Jesús no sólo nos protege, confronta y cuida. Nos da un banquete espiritual. Refresca nuestra alma (Sal 23.1-3) en el medio del valle. Hace eso en presencia de nuestros enemigos. Tenemos bastantes enemigos externos como el relativismo, individualismo, hedonismo y materialismo que han invadido a la iglesia. Tenemos enemigos externos grandes como asuntos de género y aborto. Pero mayor todavía son los asuntos internos como no tener familias saludables. Otros enemigos internos incluyen la politización de nuestra voz, la pérdida de nuestros jóvenes y el desánimo y agotamiento de nuestros pastores. Tenemos que encarar estos enemigos. Tenemos que discernir cuándo 2Cr 7.14 es nuestra única puerta de salida del valle de la sombra de muerte.

Al final de cuentas, no podemos continuar con la vida como siempre, sean nuestras vidas individuales, sea la vida de la iglesia. Como dice el personaje de dibujos animados, Pogo, “Encontramos el enemigo! Y somos nosotros mismos!” Necesitamos cambios profundos en nosotros mismos. Necesitamos vivir plenamente en la unción que Dios nos dio y al mismo tiempo necesitamos de una nueva unción. Necesitamos de avivamiento. Un avivamiento que hace nuestra copa rebosar. Necesitamos ser discípulos alegres misioneros. Contagiosos. El Espíritu y la Novia dicen “Ven!”.

 David Kornfield

 

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