Mi maestra de la Escuela Dominical nos hacía repetir antes de cada clase. “Cabeza, corazón, manos” basado en Deuteronomio 28:1 “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.” Al final de la clase, todos debíamos gritar. Oír, Guardar y Poner por obra. Quedó claro: de nada sirve saber, si no lo vas a hacer.