Despierta, tú que duermes! Tienes un enemigo mortal, cien veces más poderoso que cualquier líder humano. Él está furioso, porque sabe que no tiene mucho tiempo (Ap 12.12). Él está buscando robarte, matarte y destruirte… personalmente! Para él, destruirte es mucho mejor que apenas matarte. ¡Él gana mucho más! El general que no se detiene para pensar en las estrategias de su enemigo normalmente perderá. ¿Y tú?