¡Yo tengo un sueño! Hch 2:17-18

 

Sucederá que en los últimos días —dice Dios—,
derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán,
tendrán visiones los jóvenes
y sueños los ancianos.
En esos días derramaré mi Espíritu
aun sobre mis siervos y mis siervas,
y profetizarán.
(Hch 2:17-18 NVI).

Yo tengo un sueño: Pastores saludables y Discipuladores

Yo tengo un sueño. Sueño con el día en que cada pastor sea como Jesús, un especialista en hacer discípulos. Que cada pastor sea un genuino y auténtico discípulo de Jesús.

Yo tengo un sueño. Que pastores semejantes a Cristo – pastores saludables que hacen discípulos – levantan iglesias saludables que hacen discípulos. Sueño que Dios levantará pastores que sean líderes de movimientos, que tengan iglesias faro con un llamado dado por Dios para capacitar, equipar y fortalecer a otros para ser pastores e iglesias saludables que hagan discípulos.

Yo tengo un sueño. Sueño con denominaciones enteras comprometiéndose a levantar pastores e iglesias saludables que hagan discípulos y que las asociaciones de pastores de hagan lo mismo con los pastores e iglesias independientes.

Yo tengo una pesadilla

Yo tengo una pesadilla. Mi pesadilla es una comprensión aguda de que al menos tres tsunamis están destruyendo la iglesia. La iglesia: 1) está perdiendo a sus jóvenes; 2) se está arriesgando, en algunos casos, a perder su reputación y su voz al politizarse y 3) está perdiendo a sus pastores.

Yo tengo un sueño: Una nueva ola de pastores de las nuevas generaciones

Yo tengo un sueño. Sueño con pastores discipulando y comprometidos con las generaciones más jóvenes. Sueño con una nueva ola de pastores de la nueva generación. Sueño con que los líderes de la nueva generación participen como parte fundamental del equipo de liderazgo de sus iglesias.

Yo tengo un sueño. Sueño con pastores e iglesias que tengan claramente una lealtad total a Cristo y a su Reino. En el ámbito político, sueño con que sean ciudadanos activos y responsables, respetando y amando a las personas de cualquier tendencia política. No permitiendo que Cristo o su iglesia sean identificados con ningún político o partido político.

Yo tengo un sueño. Sueño con que ningún pastor esté solito, que ninguno sea dejado atrás. Cada pastor siendo pastoreado, orientado, capacitado, discipulado. Que los pastores tengan un espacio para expresar sus dudas, sus luchas, sus batallas emocionales, sus crisis, sus problemas, sus preguntas y sus necesidades. Donde puedan ser sanados, crecer y ayudar a otros en lo mismo.

Yo tengo un sueño. Esta formación saludable de discípulos se extendería de la iglesia al mundo. Que seamos sal y luz, influyentes transformadores en todas las esferas de nuestros mundos. Que el Reino de Dios avance en la iglesia, a través de la iglesia y más allá de la iglesia.

Yo tengo un sueño: América Latina liderando la Década de Hacer Discípulos

Yo tengo un sueño. La Alianza Evangélica Mundial y la Alianza Evangélica Latina han izado la bandera de la Década de hacer Discípulos: 2020-2030. Sueño con que todas las denominaciones  y miembros de las Alianzas Evangélicas de América Latina se comprometan para discipular a toda la nación.

Yo tengo un sueño. Un movimiento mundial saludable de hacer discípulos. Sueño con que América Latina sea utilizada por Dios para animar y estimular a la Iglesia de Cristo en el resto del mundo a unirse en esta dirección.

Sucederá que en los últimos días —dice Dios—,
derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán,
tendrán visiones los jóvenes
y sueños los ancianos.
En esos días derramaré mi Espíritu
aun sobre mis siervos y mis siervas,
y profetizarán.
(Hch 2:17-18 NVI).

 

David Kornfield

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