Fundamentos Parte 3 – Personales y Familiares

Fundamentos! Los dos blogs anteriores de Edmund Chan dejan clarísimo que es lo que hace una diferencia total con relación al fruto de nuestros esfuerzos. Buenos fundamentos, resultados grandes, duraderos y hasta multiplicadores. Malos fundamentos, resultados temporales, esfuerzo perdido y hasta vidas perdidas.

Sin buenos fundamentos, todo se pierde. Sea a nivel personal, familiar, como iglesia, denominación, ministerio, país, continente o mundial. Veamos brevemente, en este blog, los fundamentos en dos de esas áreas.

Fundamentos personales

Dos grandes fundamentos como base para nuestra identidad que incluye nuestra autoimagen: permanecer en Cristo y el amor fundamental.

Permanecer en Cristo (Jn 15). En la práctica esto fluye de encuentros divinos a partir de nuestra vida devocional. Vea aquí el blog sobre avivamiento – Orar! (Parte Cuatro).

Debes estar constantemente atento a encuentros divinos. Los encuentros divinos son donde la vida de alguien es marcada por recibir sabiduría, dirección o poder de Dios mediante la ayuda de otra persona. Pregúntale a Dios “¿Qué estás haciendo?” y, “¿Cómo puedo ser parte de eso contigo?” Una de las mayores claves para esto es entrar en algunos minutos de silencio intencional para oírlo a Él, sea solito, sea con otra persona, un grupo o equipo, o hasta en un grupo grande. Si paramos para escucharlo, descubriremos que Dios habla hoy, especialmente con textos bíblicos relacionados con la situación, persona o área que estamos enfocando.

Amor fundamental: un cimiento emocional y espiritual depositado en nuestras vidas de parte de nuestros padres. Es la base inconsciente de nuestra identidad y autoimagen. A la gran mayoría nos  faltan aspectos claves del amor fundamental. Necesitamos una restauración de nuestras almas. Esto incluye experimentar el amor de Dios de forma transformadora y especial, como también oírlo a Él decir diariamente “Tu eres mi hijo/hija muy amado/a en quien yo tengo inmensa alegría 😊!

Fundamentos familiares

Dios orienta específicamente que el primer año de matrimonio debe ser dedicado a hacer a nuestro cónyuge feliz (Dt 24.5). Ese año es una oportunidad única de experimentar un año de jubileo, un año donde todo el pasado es perdonado y cada uno puede ¡experimentar un nuevo comienzo! Es el año de colocar el cimiento del amor fundamental en la vida uno del otro que estaba faltando en el pasado.

Una pareja que realmente sabe que son profundamente amados pueden extender ese amor fundamental para sus hijos. Hay muchas formas de hacer esto, pero tres de las principales son:

  • Toques físicos (cariño, abrazo, beso) en contraste con lo opuesto (golpear, abusar físicamente).
  • Amor verbal (afirmación, elogio, valoración) en contraste con lo opuesto (crítica, negatividad).
  • Tiempo de calidad (haciendo lo que el niño gusta) en contraste con exigir que él haga lo que el adulto quiere.

En ese ambiente los niños crecen pudiendo compartir libremente sus sentimientos, opiniones y preguntas. Cuando nuestros hijos llegaron al colegio nos dijeron, “Tenemos alguna dificultad para identificarnos con los otros adolescentes. Todos andan mal con sus padres y no los entendemos muy bien en ese sentido.”

Guau! Personas saludables… Familias saludables… Todo tiene que ver con los fundamentos de nuestras vidas y los fundamentos que estamos colocando en las vidas de otros.

En el próximo blog – ¡fundamentos para una iglesia!

David Kornfield

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