¿Camino difícil? ¡Se levantan los tenaces!

Tengo dos amigos pasando por situaciones terribles. La hija de uno y la sobrina del otro fueron detenidas y están en la cárcel hace muchos meses. Las acusaciones a ambas aún no llegaron a ser expuestas en un juzgado.

Ambos amigos sufren profundamente. ¡Uno en Ecuador, otro en los Estados Unidos! Uno asumió el cuidado de la nieta de 16 meses, hija de la prisionera. Mis amigos están profundamente fatigados – experimentando agotamiento. Sus vidas fueron totalmente trastornadas. Estoy apoyando a ambos. Hoy les escribí una carta a uno de ellos y a su esposa. Hace más de cincuenta años aplico lo que mi mami me enseñó: buscar un versículo o pasaje clave para cada año. Al mismo tiempo hay dos pasajes bíblicos que Dios me dio para toda mi vida. Los compartí con ellos en esa carta.

Yo me identifico con mis amigos porque también enfrento desafíos y dificultades mucho mayores que yo, especialmente con relación a la Cumbre Latinoamericana de Discipuladores a realizarse del 24 al 29 de marzo de 2025 en Bogotá. Si tú te encuentras en una situación parecida o tienes una persona amada o un amigo en esa situación, estos dos pasajes pueden ser claves para ellos.

“¿Estás cansado? ¿Desgastado?
¿Agotado en cuanto a la religión?
Ven a mí. Apártate conmigo y recuperarás tu vida.
Te mostraré cómo tener un verdadero descanso.
Camina conmigo y trabaja conmigo, mira cómo yo lo hago.
Aprende los ritmos no forzados de la gracia.
No colocaré nada pesado o que no cabe bien en ti.
Acompáñeme y aprenderás a vivir libre y livianamente”
Mt 11:28-30, traducción de The Message, Eugene Peterson

Cuando esas palabras entran en mi corazón, traen un alivio, un cambio de perspectiva y el descanso que necesito desesperadamente.
El segundo pasaje habla de David. Puedes colocar tu nombre.

Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia:
Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David,
el que abre y ninguno cierra,
y cierra y ninguno abre:
Yo conozco tus obras;
he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar;
porque aunque tienes poca fuerza,
has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.
Ap 3.7-8, RV1960

Terminé mi carta recomendando Isaías 40. Pasé por una crisis matrimonial con Débora, que duró dos años y medio (desde 2013 hasta 2016). Este capítulo fue mi “versículo del año”. Y cuando no vi el avance que buscaba, Dios “prolongó” este capítulo por un segundo año. Es el capítulo bisagra del libro de Isaías. Probablemente recuerdes que la Biblia tiene 66 libros. Isaías, sorprendentemente, tiene 66 capítulos. El Antiguo Testamento tiene 39 libros y el Nuevo 27. Los primeros 39 capítulos de Isaías son principalmente de juicio y condenación. Los últimos 27 son de restauración. La transición, el cambio, llega en el capítulo cuarenta. Creo que encontrarás grandes riquezas en este capítulo, de principio a fin. Y muy probablemente las personas amadas que están en la cárcel también.

Y también les envié el blog de dos semanas atrás “¿Quieres que te quite la cruz que llevas?”.

¡Cuando el camino se vuelve  difícil, los tenaces se levantan para caminar! Si mi amigo o amiga está con dificultades para levantarse, es mi privilegio entrar en la brecha a su favor y ser tenaz para él o ella. Todos tenemos momentos en que necesitamos de esa ayuda y otros en que podemos dar esa ayuda.

David Kornfield

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