Las historias captan nuestra imaginación. Encienden en nuestros corazones una llama que nunca se prendería sólo de oír doctrina o principios. En un momento determinado podemos conmovernos hasta las lágrimas. ¡En otro, podemos querer levantarnos y dar un grito! Las historias capturan momentos en que las vidas cambiaron. Necesitamos recuperar el poder de las historias. ¡Especialmente nuestras propias historias! ¡Nadie puede rechazar una historia personal verdadera! Algunos dicen que el 70% de la Biblia son historias. Hay cientos de acontecimientos (historias reales), probablemente entre 600 y 800 de ellos.