En la actualidad los pastores vivimos una desconexión con las nuevas generaciones. No las comprendemos. Y esto se utiliza como excusa para no involucrarnos e intentar entender lo que viven.
La tecnología se ve como un Goliat, una amenaza. Clasificamos a las nuevas generaciones por su influencia tecnológica. Los pastores nos sentimos incluso como analfabetos. Perdidos e incapaces de comprender el mundo digital. La tecnología puede ser tan buena como mala y su impacto depende de cómo la usemos. Ya se ha hablado mucho sobre este impacto, y está todo bastante claro.
Lo que veo en mi y creo que en muchos otros, es que nos sentimos atemorizados cuando escuchamos hablar del poder de la tecnología y de lo rápido que está avanzando, quebrantando la vida de las nuevas generaciones
Cuando encuentro a personas jóvenes pérdidas, necesitadas de Cristo Jesús, pienso, y deseo, en cómo puedo ser revestido de Su poder, gracia, pureza y sabiduría. Este es mi tema y gran desafío por resolver, ¿cómo puedo presentarme ante cada generación más joven siendo una luz que refleja a Jesucristo?
Sé que no puedo responder plenamente, como se debe hacer con cada generación, pero miro una respuesta posible. Ser como un joven David. Inexperto con las armas de este mundo, pero que vengo a luchar en Su nombre.
Para esto he pensado en algunos pasos que describo a continuación:
1.Preguntarme: ¿Quién soy en Cristo Jesús?
¿De qué tipo de espíritu me estoy revistiendo?
¿Es mí pasión santa, sabia, justa y multiplicadora?
¿Qué quiere de mi el Señor con respecto a las generaciones nuevas?
2.Mi segundo paso es influenciar bien a las dos generaciones que me anteceden (40 a 50 y 50 a 60 años), para que ellas lo hagan con las siguientes dos generaciones que les anteceden (40 a 30 y 30 a 20 años) y estas lo hagan con las dos siguientes.
Espero que este plan sencillo me ayude a mirar con esperanza a las nuevas generaciones y que Dios tenga misericordia para darme cinco piedras y una honda.
Si me preguntaran ¿porque piensas así? ¡Diría amo a mi Señor y me preocupan sus negocios! Y lo segundo diría ¡amo mis hijos y a mis nietas de las nuevas generaciones!
Alejandro Quinteros
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