¡Estilo de vida avivado! Arrepentimiento

2. Arrepentimiento

El blog ¡Avivamiento como estilo de vida!, destaca nueve características de un estilo de vida avivado. El blog de la semana pasada enfoca como avanzar en la primera: encuentros divinos al inicio y al largo del día. Este blog está dedicado a la segunda característica: arrepentimiento.

¿Cuándo fue la última vez que experimentaste arrepentimiento?

Para y piensa. ¿Cuándo fue? y ¿cómo fue? y ¿cuáles fueron los frutos de tu arrepentimiento?
Mi última vez fue ayer. El día anterior me sentí mal emocionalmente. Sin motivación. Cansado. Sin alegría. Sin un tiempo devocional. Me sentí confuso e inseguro.

Ayer desperté a las 4:00 a.m. No sabía si sentirme mal era una batalla espiritual, el efecto natural de envejecer o un síntoma del agotamiento por sobrecarga. Lo que sí sabía es que durante muchos días me había estado perdiendo por horas en juegos en mi iPad, como un escape al estrés y al cansancio. Jesús me confrontó con amor, me mostrando Ef 4.14: “… que no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera por todo viento…”. Me pidió hacer un ayuno de mi iPad y concordé.

Mi devocional se extendió por várias horas, siendo un profundísimo encuentro divino. Sentí una renovada energía y motivación. El resto del día experimenté la gracia, la unción y la guía de Dios. ¡Y esta maravillosa experiência continúa hoy 😊!

Celebramos las victorias. Recordamos con cierto dolor nuestros fracasos. Pero tenemos la tendencia de olvidar nuestros arrepentimientos.

Profundizando la pregunta inicial, mirando toda tu vida, ¿cuáles fueron tus tres momentos mayores de arrepentimiento? ¿Consigues identificar tres?

Los tres que vienen a mi mente son:
1. A los 45 años, pasé por dos años y medio de crisis conyugal. Mi esposa necesitaba de un nuevo marido. Me candidatee. Tuve que arrepentirme de mucha cosa. Comparto el fruto de ese arrepentimiento en mi libro, Matrimonios que se fortalecen a través del mentoreo.
2. A los 56 años, pasé por un año de depresión cuando tuve que salir de Brasil debido la enfermedad de mi hija Karis (su vida narrada en el libro de mi esposa, Karis – Todo lo que veo es gracia). Dios tuvo que quebrantar mi idolatría. Yo estaba convencido de que no podría estar feliz fuera de mi país (Brasil), mi equipo MAPI y mi llamado de pastoreo de pastores. ¿Ya pensó? ¡Un misionero idólatra! ¡Guau!
3. A los 60 años, pasé de nuevo por dos años y medio de crisis conyugal. Ya había hecho una maestría en matrimonios a los 45 años. ¡Dios me llevó a hacer un doctorado!

A veces bromeo que me parece que Dios me ama más que la mayoría de las personas, evidenciado por las muchas pruebas que me ha permitido enfrentar: cinco grandes depresiones, dos crisis conyugales, décadas de lucha contra la pornografía, una hija con enfermedad crónica que falleció a los 30 años, un hijo agnóstico por 20 años y otras cosas más.

A quien Dios quebranta mucho, lo usa mucho.

Una última pregunta para ayudarte a avanzar en el camino del arrepentimiento. ¿Cuáles son los tres pecados mayores de tu iglesia? No es una pregunta fácil ni común. Pero es el tema de Ap 2 y 3. Y nos puede llevar a cambios grandes en nuestra vida y nuestra iglesia.

El arrepentimiento es la puerta al avivamiento.

Quien sabe, Dios te está invitando a abrir esa puerta. Y quien sabe, ¡al otro lado de la puerta puedes descubrir el avivamiento!

Que tú y yo podamos ser parte de una compañía de corazones ardientes.

David Kornfield
 

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