¿Cuáles son las tres mayores preguntas de la vida?

En el blog anterior (ver aquí) pregunté ¿Cuál es el valor de las buenas preguntas? Al final, pedí que los que lean ese blog respondan a esa pregunta en el propio blog. Cuatro personas respondieron. ¡Me encantaron las diversas respuestas! Sentí la gracia y poder de Dios en ellas. Bill Dyck tiene razón al decir que ¡no es posible limitar a sólo tres, las mayores preguntas de la vida!

Al mismo tiempo, el ejercicio de procurar hacer eso puede enfocar lo que es más importante en nuestras vidas. Identificar y responder bien a las tres mayores preguntas nos lleva a sumergirnos en nuestra identidad y llamado, purificándonos “de todo peso y del pecado que nos asedia” (Heb 12.1).

Quiero proponer tres preguntas.

1. ¿Quién soy (y de quien soy)
2. ¿Para qué nací?
3. ¿Cuándo y dónde me encuentro?

1. ¿Quién soy (y de quien soy)?

¡Esta es la pregunta más importante de nuestra historia!

La primera parte no puede ser plenamente respondida sin la segunda. Es una pregunta tan grande y poderosa que tenemos la tendencia de olvidarla en el ajetreo de nuestro día a día.
Normalmente comienzo mi tiempo devocional saludando a Jesús y resaltando lo que Él es para mí. ¡Lo más lindo es cuando percibo y registro su saludo y lo que yo soy para Él! En mi conversación con Él, Él toma cada frase que yo digo sobre Él y la invierte, expresando la misma cualidad con relación a mí! Normalmente no demora más que unos cinco minutos, pero me sumerjo en mi identidad y llamado. Limpia el cansancio y decepciones del día anterior y me deja listo para un nuevo día lindo con Él 😊.

Anoche no dormí bien. Fui afligido por tentaciones. Dios me mostró que necesitaba arrepentirme por haber abierto una brecha. Necesitaba hacer una oración de batalla espiritual con renuncias de los espíritus que me estaban afligiendo. Y me llevó a hacer algo que no hago muchos años: las declaraciones en voz alta de mi identidad en Cristo (ver aquí). Toma unos siete minutos. Marqué las declaraciones que más me impactaron. No solo fui liberado. Fui sellado de nuevo en mi santidad, mi identidad. Fui avivado y renovado en quien yo soy y de quien yo soy 😊.

2. ¿Para qué nací?

Esta pregunta nos lleva a una vida con propósito. Igual que lo que dijimos en la primera pregunta, fácilmente nos abrumamos, nos desviamos y nuestro verdadero llamado se pierde en el clamor de tantas voces pidiendo tantas cosas de nosotros.

Esta pregunta es imposible de responder solito. Nuestros llamados requieren discernimiento de otros, afirmación de otros y por encima de todo, ser equipo con otros. ¡Nadie va lejos solito!

Esta pregunta naturalmente levanta la pregunta sobre con quien yo ando. Y ¿cómo ando con ellos? ¿De forma sinérgica y renovadora? ¿O de forma rutinaria y sin poder y gracia divina? Todo grupo y todo equipo tiene la tendencia de comenzar con fuego, amor y pasión y deteriorarse para ser apenas una sombra de lo que era al inicio.

3. ¿Cuándo y dónde me encuentro?

Las respuestas al blog de la semana pasada no alcanzaron esta tercera pregunta.

Cuando los paramédicos encuentran a alguien que pasó por un choque grande o puede haber sufrido un golpe en la cabeza, hacen cuatro preguntas:

1.¿Sabes quién eres?
2.¿Sabes lo que acabó de acontecer?
3.¿Sabes que horas son?
4.¿Sabes dónde estás?

La mayoría de las personas no viven a la luz de estas preguntas de forma profunda. Las últimas tres van en la dirección de nuestra tercera gran pregunta. Saber cuando y donde estás y lo que acabó de acontecer te permite vivir en el kairos de Dios – el tiempo oportuno para que Él se torne presente y cambie la historia de alguien, ya sea de forma pequeña, ya sea de forma grande.

Quien sabe hacer esta tercera pregunta naturalmente anda con dos preguntas que abren el kairos de Dios:

1.¿Qué Dios está haciendo en la vida de esta persona?
2.¿Cómo puedo ayudar a Dios con eso?

Quien sabe estas tres preguntas pueden servirte para un retiro con Dios al comenzar este nuevo año. Nada mejor que comenzar el nuevo año con tu identidad y llamado avivado y renovado (2Tm 1.6-7) 😊!

 

David Kornfield

Dejar un comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.