¿Que ves en el arte de este blog? ¿Qué cambió desde el rompecabezas del blog anterior? (Ver aquí – blog #5). Por favor, responde antes de continuar.
El mayor cambio es la luz. El rompecabezas del blog anterior estaba lleno de oscuridad. Las tinieblas amenazaban de todos lados. El rostro de Jesús estaba oscuro. Parecía que estaba mirando al mundo con severidad, tristeza o alguna emoción pesada. El mundo parecía muy oscuro. Las manos de Jesús también.
El arte de este blog es el mismo del rompecabezas, pero con mucha más luz. En este arte el rostro de Jesús expresa ternura. El mundo brilla. Sus manos son fuertes y firmes.
Este contraste es bien resumido en estas palabras, “Ahora vemos por espejo, oscuramente…” El rompecabezas oscuro es donde vivimos. El arte con luz es donde Jesús vive. Una visión terrenal; otra celestial. ¡Viendo lo mismo pero de forma muy diferente!
Cuando la oscuridad amenaza, cuando las circunstancias te abruman, cuando las personas te decepcionan, cuanto tú mismo te decepcionas, pídele que Dios te revele Sus propósitos. Él está actuando en todas las cosas para el bien de nosotros que le amamos (Rm 8.28).
Tenemos que levantar nuestros ojos, no para ver mejor las circunstancias, y sí para ver mejor el rostro de Jesús.
Viendo mejor el rostro de Jesús, acabamos viendo las circunstancias de forma diferente.
Si hacemos esto, podemos fijar “nuestros ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hb 12.2).
Este versículo me dice que fijando mis ojos en Jesús,
- Él vuelve a ser el autor de mi historia, Él que está escribiendo Su historia conmigo y a través de mí – ¡hoy!
- Él es el consumador, el propósito, el objetivo de mi fe. Existo para contribuir a Sus propósitos eternos.
- Me da gozo fijar mis ojos en él, resolviendo (y hasta me arrepiento de) cualquier cosa que impida esto.
- Sufro, pero sufro con propósito, siendo discípulo amado y fiel de Él, cargando mi cruz (Mt 16.24).
- Echo a un lado lo negativo que otros pueden pensar.
- Me siento al lado de Jesús. Sentado en lugares celestiales con Él (Ef 2.6).
Que este día, tú y yo podamos experimentar de nuevo estas palabras
Despiértate, tú que duermes
Y levántate de los muertos
Y te alumbrará Cristo!
(Ef 5.14 RV1960)
David Kornfield
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