Hace unos 7 años, un joven conocido por inquieto e inquisidor, me preguntó mientras comía. ¿Pastor, sabe cómo hacer reír a Dios? Inmediatamente hice un alto para responder. Como pastor debía tener una respuesta, por lo menos eso creía. En ese momento recordé un capitulo del libro ¨Una vida con propósito” de Rick Warren donde habla de ¿Qué hace sonreír a Dios? Entonces respondí: obedeciéndole alegramos Su corazón.
El joven me dijo, no le pregunte eso. Entonces tuve que reconocer que no sabía la respuesta. Este joven se acerco a mi oído y me dijo, si quiere hacer reír a Dios “cuéntele sus planes”. Sonrió y seguidamente se marchó.
La agenda de Dios versus la nuestra
Cuanta verdad encontré en esa expresión. Esto me llevó a evaluar y revisar mi agenda. Encontré que muchas de las actividades no estaban enfocadas ni alineadas a la agenda de Dios. Me imaginé a Dios cruzado de brazos, mirando hasta donde llegaría en mi afán de agradarle.
Identidad de Siervo o identidad de hijo
Las diversas tareas en nuestra vida, aun en el ministerio, nos tiene tan abrumados que nos lleva a tener identidad de siervo, más que identidad de hijo, distanciándonos de la comunión con nuestro Padre.
La tiranía de lo urgente se apodera de nuestro tiempo, y nos anula o limita para hacer lo más importante y la misión principal encomendada por nuestro Señor, “La gran Comisión: id y haced discípulos.
Reconocí que me había convertido en un activista. Estaba enfermo, contagiado por el virus de la eventitis.
El “ser” antecede al “hacer”
Gracias a Dios fui rescatado del “hacer” (eventos) para “Ser” un seguidor comprometido, llamado discípulo.
Es urgente alinearnos a la agenda de Dios. La Pandemia nos llevó de eventos a enfocarnos en la misión de Dios, de agendas llenas de actividades y viajes a agendas llenas de personas (discípulos). La post-pandemia nos llevó a juntar ambas y caer en un nuevo y peor activismo.
Respondamos tres preguntas basados en Juan 15
1. ¿Eres una rama (pámpano) realmente conectado a la vid?
2. ¿Necesitas ser podado?
3. ¿Quieres llevar mucho fruto?
La decisión es nuestra. Tú y yo debemos decidir. Estar enmarcados en nuestra agenda o rendirnos y vivir en la agenda de Dios.
David E. Orozco
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