¿Cuán grande es tu misión?

Todos tenemos un llamado. Todo hijo e hija de Dios. Todo ser humano. Y tú. ¿Cuál es tu misión? ¿Puedes expresarla bien en una oración? ¿En un párrafo? ¿En una página? ¿En un minuto, subiendo en el ascensor, a alguien que te hace esa pregunta?

¿Por qué estás aquí en la tierra? Esta pregunta es literalmente una pregunta de vida y muerte. Vida y muerte para ti. Vida y muerte para los que necesitan de tu llamado y misión. Haz una pausa ahora y escribe tu misión en diez palabras o menos.

La mía es: “catalizar movimientos de pastores e iglesias saludables en América Latina”. Diez palabras.

Pero la pregunta de este blog no es sobre cual es tu misión, sino sobre el tamaño de tu visión. Ese tamaño es definido por el tamaño de:

  1. La necesidad
  2. Tu disposición como agente de cambio
  3. Tu conexión con alguien mayor que tú
  4. Tu Dios

1. El tamaño de la necesidad

Cuanto mayor sea la necesidad, mayor será tu misión. Con mi misión enfrento “la gran desintegración de la iglesia. Para una descripción más completa haz clic aquí. La iglesia evangélica se encuentra en una caída abrupta, un declive tremendo. Si continuamos haciendo lo que sabemos hacer, perderemos la batalla. Tenemos que cambiar dramáticamente.

2. Tu disposición como agente de cambio

¿Individualmente, y como grupo o equipo, estás dispuesto a entrar en la brecha para hacer la diferencia (Ez 22.30-31)? La semana pasada nuestro blog fue sobre la hermandad de los desvergonzados (ver el blog aquí). La batalla en la cual nos encontramos requiere que demos todo lo que tenemos y todo lo que somos.

Nos encantan los hermosos pasajes de restauración y renovación en Isaías 40-67. Pero ¿estamos dispuestos a pagar el precio de ser purificados y revividos descritos en Isaías 6? Hay un camino desde el juicio y la condenación de Isaías 1-39, hasta la belleza y maravilla de Isaías 40-67. Pasa por el valle de la sombra de muerte descrito en Isaías 6. Sólo aquellos que han sido purificados pueden escuchar la gran pregunta de Dios: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?” (Is 6.8, RV1960)

3. Tu conexión con alguien mayor que tú

El impacto de tu vida es proporcional a la conexión que tienes con alguien con el mismo llamado pero que tenga más gracia que tú. Solito harás poco. Hasta con un equipo harás relativamente poco si no estás conectado a alguien con mayor gracia. Y esa persona debe estar conectada con otros con mayor gracia todavía. La conexión rutinaria no es suficiente. Tiene que ser una conexión sinérgica. Tú debes preguntarle a tu líder cómo lo puedes alegrar y cómo puedes contribuir con él o ella. E indicar lo que quieres y necesitas de él o ella.

4. Tu Dios

¿Cuál el tamaño de tu Dios? La mayoría tenemos un Dios pequeño, domesticado, que responde como queremos cuando queremos.

Pero nuestro Dios no es un gato domesticado. ¡Es el León de Judá! El Rey de Reyes y Señor de Señores. ¿Andas conectado? ¿La luz de Jesús brilla en ti? ¿Las personas lo ven?

¿Comienzas cada día con un verdadero encuentro divino nuevo? ¿Proteges y guardas ese tiempo de todas las formas posibles? ¿Cuándo Dios te habla, obedeces? ¿Y compartes con otros? O luego olvidas y continuas con tus propias fuerzas haciendo lo mejor que puedes.

Cuatro factores para que tu misión y llamado crezcan. El tamaño de:

  1. La necesidad
  2. Tu disposición como agente de cambio
  3. Tu conexión con alguien mayor que tú
  4. Tu Dios

Que tu misión crezca de forma sorprendente en estos días, semanas y meses. El mundo necesita de esto. ¡La iglesia de Jesucristo necesita de esto!

David Kornfield

Dejar un comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.