Señor, ¿qué quieres decirle hoy a Tu Iglesia y a las iglesias, a través de Hechos 2.19-20?
Este pasaje dice claramente que los cielos y la tierra serán sacudidas.
Sentí eso esta mañana. Mi esposa me fué contando los puntos sobresalientes de lo que Trump y Elon Musk ya hicieron, están haciendo y dicen que van a hacer. No voy a entrar en los detalles ya que supongo que estás acompañándolos de alguna forma. Yo me sentí profundamente sacudido. Desmoronado. Inseguro. Amenazado. Desequilibrado ☹!
¿Podría ser que todo lo que he hecho hasta ahora y aún espero hacer con mi vida sea arrojado a la basura como agua sucia? ¿Podrían estos tsunamis políticos, económicos y sociales destruir mi país? ¿Y traer olas de destrucción a muchos otros países?
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¡Derramaré de mi Espíritu!
Hechos 2.17-18
Este pasaje describe profundamente un movimiento.
Este pasaje fue la piedra angular del mayor movimiento jamás visto: el nacimiento de la iglesia de Jerusalén.A lo largo del libro de los Hechos, si bien hay algunas indicaciones de organización y estructura, el alcance general del libro es un movimiento.
Vino y Odres Nuevos – Movimiento y Organización
¡Los odres necesitan vino!
Los odres (estructura, organización, entrenamiento diseñado) son inútiles sin vino, especialmente vino nuevo.
El vino nuevo requiere odres nuevos.
Estamos siendo llamados constantemente a lo nuevo que Dios está haciendo (Is 43.18-19; Mc 2.21-22; 1Co 2.9-10a; Ap 21.5).
Odres divinos facilitan el vino nuevo.
Los odres (estructuras, organizaciones, entrenamientos diseñados) facilitan explícita y deliberadamente el vino nuevo (dones espirituales, mover del Espíritu de Dios, escuchar a Dios aquí y ahora).
¡Estoy haciendo algo nuevo! ¿No lo conoces? – Dios
¡todo el pasado es prefacio! Todo lo que Dios hizo en 2024 no se compara con lo que Él quiere hacer en 2025. Especialmente con la llegada de la Cumbre CLAD.
¿Cuáles son las tres mayores preguntas de la vida?
En el blog anterior pregunté ¿Cuál es el valor de las buenas preguntas? Al final, pedí que los que lean ese blog respondan a esa pregunta en el propio blog. Cuatro personas respondieron. ¡Me encantaron las diversas respuestas! Sentí la gracia y poder de Dios en ellas. Bill Dyck tiene razón al decir que ¡no es posible limitar a sólo tres, las mayores preguntas de la vida!
Al mismo tiempo, el ejercicio de procurar hacer eso puede enfocar lo que es más importante en nuestras vidas. Identificar y responder bien a las tres mayores preguntas nos lleva a sumergirnos en nuestra identidad y llamado, purificándonos “de todo peso y del pecado que nos asedia” (Heb 12.1).